26 octubre 2011

Reporte Rock+noRock: Corona Capital 2011

Por iniciativa de @ATMorgana tuvimos el agrado de asistir al Festival Corona Capital. Para que no se nos tache de oportunistas, en Rock+noRock hacemos los reportes mucho después de pasado el evento (...ejhm, ejhm). En fin, aquí una crónica personal.

Bien, el pasado 15 de Octubre se realizó la segunda edición del Corona Capital, un festival montado en el interior del Autódromo Hermanos Rodríguez de Ciudad de México. La taquilla oficial reportó 80-85,000 asistentes.


Antecedente


En el primer Corona (2010), las bandas principales fueron Pixies, James y para agasajar a la hipteriza conformista, Interpol. En total 24 artistas de los cuales, aparte de los mencionados, sólo destacaba el regreso de un clásico, Echo and the Bunnymen y en cierta medida Regina Spektor; el resto era una muy gris colección de indies efímeros, compuesto por bandas como White Lies (los de la balacera en Monterrey), Temper Trap, Two Door Cinema Club, Minus The Bear y los locales Chikita Violenta... bastante guango si a mí me lo preguntan. Con todo, fue el festival más grande e importante organizado en México. Hubo otros anteriormente pero no con tanta participación de bandas internacionales y locales, y demostró que podía ser un éxito.


Para la edición 2011 el festival creció notablemente, de 24 a 33 bandas (aunque según yo, por lo menos una no se presentó al final) y de 3 a 4 escenarios independientes. La primera banda abrió alrededor de las 11 hrs. y la última cerró cerca de la media noche.
Algunos inocentes comentaban que “creían que la alineación del 2011 podía estar mejor”... yo diría, ¡caray!, ¡pero por supuesto que fue muy superior el cartel del 2011!, ni se puede empezar a comparar.



Queriéndolo o no, los organizadores -más o menos- imitaron el esquema del festival anterior para las bandas insignia: Una banda clásica de la era “alternativa”, una más de corte indie y una esencialmente noventera, que corresponden respectivamente a Portishead, The Strokes y Moby, que de entrada ya suena un poquito más espectacular que el anterior.
La gran diferencia con el año pasado, fue que este 2011 hubo una buena cantidad de actos “secundarios” de primer nivel. El Corona Capital incluyó a The Rapture, The Editors, Cansei de Ser Sexy, M83, Mogwai, Coheed & Cambria, Wavves, The Antlers y These New Puritans; además de una banda clásica ochentera, ¡OMD!. También se amplió la participación nacional e hispano-americana, con Austin TV, Ximena Sariñana, Lebaron, Bengala, Quiero Club, Javiera Mena (Chile) y El Columpio Asesino (España).
Aclaro que a varios de estos artistas a mí me gustaría mucho verlos... dentro de un edificio en llamas, pero no dejo de reconocer que como nombres integran un cartel de calidad mundial bastante macizo.


El Recinto


Los 4 escenarios estaban repartidos en todo lo largo del circuito de carreras del Autódromo Hermanos Rodríguez (no confundir con el Foro Sol, que pertenece a una cervecera competidora).
Aunque hubo advertencia de lluvia, el día en Ciudad de México se puso acorde con el espíritu de diversidad del festival, ¡tuvo de todo!, sol abrasador a medio día, un bonito atardecer otoñal y una noche helada como naríz de perro.
Recorrer la pista sobre un bólido a más de 250 kph se ve fácil, pero pensar en aventárselo -a pata- en principio suena muy desalentador; sin embargo pudimos constatar que era posible recorrer la distancia de extremo a extremo hasta en 10 minutos.

Según comentarios de la radio, se mencionó que se mejoraron algunos detalles respecto al año pasado, donde no se instalaron cajeros, faltaron sanitarios y mucha gente se separó de su séquito y se perdió durante todo el día pues la señal de celular fue escasa.
Este año hubo cajero, no tuve necesidad de usar el baño puesto que yo si tengo bien entrenado el esfínter, pero al pasar por las zonas de sanitarios no me tocó ver ningún tipo de aglomeración y aún en la noche no se alcanzaba a percibir “arôme de toilette”. Tampoco usé el teléfono porque no soy móvil-dependiente, pero escuché que la red Telcel estuvo muy mal, pero hubo menos motivos para perderse porque se instalaron puntos de reunión, llamados Tótems. También escuché que la comida fue muy mala, cosa que no me consta porque yo me eché un par de “jochos” antes de entrar y adentro me fui a la segura con una pizza Domino´s... que sí, estuvo malita y me quedé con ganas de unos tacos de canasta.


Organización


La primera mitad del festival fue muy lenta. Se presentaron las bandas latinas, que son de ningún atractivo para mí y algunos actos indie de segunda mesa como The Boxer Rebellion y Wavves; sin interés. En contraste, para la segunda mitad del evento se acomodaron todas las bandas importantes y esto, aunque rinde homenaje a la lógica del espectáculo de cerrar con lo mejor, también despedazó la logística de los asistentes.

Se qué el espíritu de estos festivales es precisamente el propiciar el recorrido por los diferentes escenarios y probar un poco de todos. Los tiempos y las distancias siempre hacen imposible que uno pueda ver a todos los artistas, pero en este evento a los organizadores se les salió de las manos el amplio cartel y convirtieron el show en una pesadilla de duras decisiones.

No se necesita un grado universitario para discernir que pudieron haber ordenado las bandas indie en un sólo escenario temático, igualmente con las bandas de moda, las dance, las poperas, etc...; y las decisiones hubieran sido mucho más sencillas de esta forma. Después de todo, algunos pseudo-intelectuales fans de Portishead no creo que se mostraran muy emocionados de ver a su antónimo, Quiero Club. Por el contrario, resultó que en el mismo rango horario se presentaron Cansei de Ser Sexi, M83, The Editors y Moby, 4 de los artistas más importantes del evento y que más o menos comparten la misma base de admiradores; algunos actos debieron sacrificarse por otros.



Los horarios de presentación más bien parecían estar diseñados para que uno -se perdiera- la mayor cantidad de bandas posibles y no al revés. Durante las primeras horas no hubo problema, pues empezaron las bandas menos importantes, la chirusita pues, pero conforme fue llegando la noche, uno tenía que decidir entre plantarse en un sólo escenario y esperar al artista, sacrificando la posibilidad de ver otra buena banda, o resignarse a ver el show de lejos y desertar a la mitad para poder correr la milla (literalmente) y llegar hasta el escenario en el otro extremo, también de lejecitos.
No sé si en otros festivales sea el mismo cantar, pero creo que bien pudieron echarle ganitas para que los horarios, los recorridos y el estilo de las bandas fueran más amigables con el público.
Muy mal en este punto para los “Coronos” y “Ocesos”.


Los Escenarios y las Bandas


La mayoría de las bandas tocaron sets de aproximadamente 40 minutos, excepto las cerradoras, quienes tocaron hasta 90 minutos.

De los 4 escenarios, todos de buen tamaño, el más modesto fue el Bizco Club, aunque fue el único que contó con cierta coherencia musical en las bandas que se presentaron, estuvo destinado para actos tendientes a lo dance. El sonido fue malo.

Este escenario fue nuestra primera escala para ver a Javiera Mena que, considerando que se trataba de un acto -muy- secundario estuvo bastante bien. Los pantalones negros de plástico probablemente se le tuvieron que remover quirúrgicamente después de su presentación, porque en punto del medio día el sol azotaba duro.

Javiera Mena – Sol de Invierno.



Una de las bandas que más ganas tenía de ver era M83, irónicamente fue la que arruinó la tarde pues salió a tocar ¡con casi media hora de retraso!. Como dije, el sonido fue malo y sólo tocaron un raquítico set de 20 minutos, cuando mucho; incluso el vocalista se disculpó diciendo que las versiones tocadas eran nuevas y que probablemente no sonarían muy bien, le solicitaron al público que no fuera duro con ellos (WTF!), la última vez que escuché un pretexto así fue en un piano-bar del lobby de Plaza-Inn con una banda amateur.

M83 - Midnight City, Corona Capital 2011.



Por la “gracia” de M83 nos perdimos completamente a Cansei de Ser Sexy en el Escenario Corona Light, quienes me enteré ofrecieron un show muy energético, estimulante y dejaron muy buen sabor de boca. Lástima.
Pero estuvimos con tiempo de sobra y en buena posición para ver a Moby, que presentó un setlist excelente, nada de fanfarronear canciones nuevas que nadie conoce o le interesan, ¡únicamente hits certificados!. Se comunicó mucho con el público verbalmente y eso le gano la total simpatía del respetable; un muy buen ambiente, aunque su presentación de cualquier manera fue impecable, nada que objetar, además tuvo la mejor escenografía de fondo, el ocaso de una bonita tarde.
A pesar de ser considerado un acto secundario según el cartel del festival, Moby fue el primero que convocó una audiencia verdaderamente masiva (aunque no vi a The Editors, quienes estaban al mismo tiempo en otro escenario); y así debía ser, pues Moby tiene una muy consistente variedad de éxitos genuinos, no como los sobrevalorados -hits de papel- de las banditas indie.

Moby - Natural Blues, Corona Capital 2011.



Desgraciadamente tuvimos que abandonar este escenario porque, aunque el show de Moby era de lo mejor, la tentación de Portishead era mucha y había que hacer un peregrinaje hasta el escenario del fondo.

Uno de los dos escenarios principales era el Capital. Aquí tuvimos el honor de ver a la única banda verdaderamente con estatus de Clásica de todo el festival: OMD (Sí, porque OMD ya es parte del erario universal del pop-rock, los seguiremos escuchando en el 2050; el resto de las bandas, aunque populares, aún tienen que pasar la prueba del tiempo, es la verdad). OMD se veía en excelente forma, considerando que estuvieron en la congeladora por casi dos décadas (separados en 1989 y reformados en 2005). El sonido en este escenario fue muy bueno y el performance de la banda fue genial; es cierto que la mayoría de las canciones de OMD son -de a dedito en el teclado-, pero aún así sonaron muy bien, la audiencia fue feliz y quedamos muy satisfechos de oír perfectas interpretaciones de sus clásicos y un par de nuevas composiciones que no desmerecieron.

OMD - If You Leave, Corona Capital 2011.



Desgraciadamente tuvieron relativamente muy poca convocatoria. Resultó deprimente ver más temprano escenarios llenos con Ximena Sariñana o Quiero Club y una rala (aunque entusiasta) audiencia en OMD. Pudo ser ignorancia histórico-musical de los presentes o porque los pelados prefirieron ver Austin TV o Disco Ruido, y la hipsteriza jaló rumbo a los irrelevantes No Age o These New Puritans, todos se presentaban casi a la misma hora.

El acto estelar en el Escenario Capital y penúltimo del festival fue el muy esperado Portishead, una banda de culto que, curiosamente estuvo inactiva durante casi 10 años, se separaron en 2005, sólo para volverse a juntar en 2008 (¿?). Portishead nos recetó un buen, pero no excelente setlist. Dejaron de incluir varias canciones de sus primeros dos álbumes por privilegiar algunas nuevas del disco que siguen promocionando, que no están nada mal, pero tampoco son tan buenas.
Portishead no es una banda para escenarios masivos, sinceramente el inicio estaba resultando muy débil, fue hasta la mitad de su presentación cuando el set de la banda empezó a calentar... y por -calentar- me refiero a que finalmente tocaron los clásicos del álbum “Dummy”, porque estrictamente hablando la música de Portishead induce a asumir posición fetal en un rincón húmedo y oscuro más que a “calentarse”. Cuando uno asiste a un concierto del viejo Rock-Pop con un gran escenario, uno espera exuberancia, sorpresa, éxtasis, ¡locura y desparpajo!; ver a una Beth Gibbons, que siempre parece que le acaban de atropellar a su perro, ¡es contraindicativo! (si un Emo de 15 años es patético, una de 46 es... bueh).

Postishead – Mysterons, Corona Capital 2011



A esto me refiero con que Portishead sólo se aprecia debidamente en espacios mucho más pequeños e íntimos, que inviten a la reflexión y propicien una relación emocional entre el público y una banda que es indiscutiblemente gélida. La gente -se forzaba- a mostrar “prendidez” con las manifestaciones habituales (gritos, brincos, aullidos), pero a mi entender, “prenderse” en un concierto de Portishead es como una viuda coqueta en el velorio... no es correcto. Valga la sensibilería, pero Postishead es una banda más para escuchar y sentir, no para corear. A pesar de esto, las versiones presentadas, ligeramente up tempo y más ruidosas que las originales, hicieron lo posible para llenar el escenario.

El sonido de Postishead fue muy bueno; Gibbons, aunque no se movió ni se desencorvó en ningún momento, brindó una actuación excelente, con una voz con calidad de CD, también presentaron los mejores apoyos visuales, tanto que ni parecía una presentación genérica de festival sino un show montado ex-profeso. Con todo, fue un buen show y ojalá en un futuro regresen para vérseles en un foro adecuado a su vibra para disfrutarles en toda su dimensión.

Portishead - Roads, Corona Capital 2011.



Finalmente, el otro foro importante fue el Escenario Corona. Antes de las 4 de la tarde escaseaban los artistas interesantes, así que quise darle una oportunidad al -apenas tolerable- Pop de Ximena Zarigüeya... craso error. Estoy seguro que fue por mucho la participación más decepcionante del festival entero. La Ximena Zarandeada, conocida por su estilo de cantar como si acabara de sufrir una embolia, optó por promocionar sencillos de su anodino nuevo disco en inglés en vez de tocar sus módicos 2 hits. Peor aún, toco un miserable set de versiones extendidas, por lo que en 35 mezquinos minutos, sólo tocó 5 temas. ¡Terrible!, los organizadores deberían considerar el reembolso de unos MX$100 del boleto, correspondientes al tiempo invertido en ver a Ximena Saraguato.

En el mismo escenario se cerró el festival con The Strokes, quienes no son precisamente santo de mi devoción pero ofrecieron un muy buen show, tocaron una bastante decente colección de hits; no soy fan, pero identifiqué sus sencillos más conocidos, así que no hay mucho lugar para quejas. El sonido en este escenario no fue de lo mejor; haciendo cola para ver a Moby en el escenario de enfrente, se alcanzaba a escuchar a lo lejos el turbio ruido producido por Coheed & Cambria, pero The Strokes sonó más o menos aceptable.

The Strokes - You Only Live Once, Corona Capital 2011.



Su recital se detuvo casi recién empezado durante unos pocos minutos, debido a que 3 jovencitas sufrieron desmayos, no está claro si fue producto del cansancio, la emoción o los arrimones al frente del escenario, el incidente no pasó a mayores pero Julian Casablancas notó el desbarajuste y civilizadamente hizo una pausa y un llamado al orden hasta confirmar que todo volvió a la normalidad. The Strokes tocó por casi 90 minutos y al finalizar la última canción se fueron como empleadas domésticas sin siquiera decir adiós, como si se les hiciera tarde para abordar el último metro de media noche.
Dado que Portishead terminó su set alrededor de las 21:45 y The Strokes empezó un poco tarde, hubo tiempo de sobra para el último peregrinaje de la noche entre los escenarios más lejanos. En el camino se podía ver cómo muchos fieles habían abandonado la causa producto del agotamiento, algunos de cualquier forma ya no estaban en condiciones de caminar derecho, no digamos de seguir “rockeando”.

Y sin más, me voy estilo Strokes.

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